Nos pasaron muchas veces por la cara, pero con la vertiginosa rapidez que impide cualquier fotografía. Desde la ventana posterior del apartamento que habitamos, mi sobrina y yo nos confundimos por un rato pensado que lo que veíamos era un vencejo pechiblanco (Cypseloides lemosi), pero no nos cuadraba la distribución reportada para esta especie que se limita a algunas áreas del Valle del Cauca. Entonces se posaron un rato -eran dos- frente a nuestra posición a unos 8 metros desde dónde pudimos notar la forma de su mancha y de sus alas para reconocer a los maravillosos Atticora fasciata, una especie conocida como golondrina pectoral. Les quedo debiendo la foto; aquí el dibujo precioso:
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| Atticora fasciata |
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